Llega el sábado por la noche y damos gracias por tener tan clara la decisión de ir a ver a Goran Bregovic en el escenario World Music.
Está claro que los mejores conciertos resultan ser aquellos que se construyen entre artista y público en armonía. Lo uno sin lo otro rara vez desemboca en algo reseñable. En cuanto Goran Bregovic sale al escenario (¿o siempre estuvo allí "el hombre sentado"?) con su banda de zíngaros, la fiesta comienza. La expectación que se palpaba en el ambiente crece con los primeros sonidos. Mucha gente parece reconocer las canciones al primer golpe de trompeta o de violín, muchos corean los estribillos escritos, según el propio Goran, "en el idioma de los gitanos, el único común en los antiguos territorios de Yugoslavia" , la música balkánica invade el ambiente y los inicios tranquilos de canciones como Mesecina, In the death car o los interludios instrumentales, no hacen sino dejar al público en vilo, expectante, enganchado, ondeando banderas de todos los lugares del mundo y esperando a la próxima explosión de los trombones, tubas, violines, trompetas, acordeón, saxos...para entregarse por completo a lo que sea que el señor Bregovic nos tiene preparado para continuar.
Fiestón con Goran Bregovic |
Y en ese clima de euforia colectiva, con el tiempo detenido en un concierto que no quieres que se acabe nunca, Goran decide que es el momento de arrancarse con el Bella Ciao. Y entonces, el estado de ánimo que parecía en su punto cumbre comienza a subir y a subir más y se ven a un montón de festivaleros volando por encima de Obuda, felices, como si nada pasara...
Sin duda uno de los conciertos de este nuestro Sziget y que pasa a formar parte, desde aquella noche de sábado mágica por tantas cosas, de la lista de los mejores de un festivalero rendido a un yugoslavo llamado Goran Bregovic.
kboy
Sziget 2011: Bella Ciao por Goran Bregovic Wedding and Funeral Band
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