Es Julio de 1970. Janis Joplin se encuentra en Nueva York para actuar en el Wollman Rink de Central Park. El concierto se suspende por culpa de la lluvia y Janis, frustrada, pone rumbo al que fuera su hogar siempre que andaba por Manhattan. El hotel Chelsea.
El hotel Chelsea pasaba por ser uno de los puntos calientes de la cultura y las artes neoyorquinas de la época. Una efervescente comunidad de artistas se alojaban en él de continuo, incluso se dice que alguno pagaba su estancia con dibujos, cuadros, fotografías, canciones...
En la tarde-noche del fallido concierto se reúnen en la suite de Janis un nutrido grupo de amigos, escritores, artistas y músicos a compartir risas, canciones, bebidas y drogas, y a preparar las canciones de lo que será su próximo álbum Pearl, que sería publicado al año siguiente, con Janis ya desaparecida.
Janis es el centro de atención, la reina de ese peculiar baile lisérgico; bebe otro trago de Southern Comfort y ríe como una niña. Entre los músicos amigos se encuentra Kris Kristofferson quien comienza a cantar Me and Bobby McGee (canción que él mismo compuso junto a Fred Foster) y Janis se le une en el estribillo. En ese momento mágico decide que haría una versión para incluirla en Pearl, aunque no se lo dice ni a Kris ni a nadie. En Septiembre de ese mismo año, Janis graba la canción unos pocos días antes de morir. Y a pesar de que no hay datos más concretos yo estoy seguro de que fue el 26.
La canción llegó a mí casi 40 años después, en la primavera trompetera de 2010, y llegó como si llevara buscándome todo ese tiempo. En cuanto escuché el primer acorde y a la inconfundible Janis Joplin susurrándome al oído la primera estrofa, sabía que esa canción iría conmigo donde yo fuera. Lo que todavía no sabía en esa primavera es que se estaba gestando nuestro primer viaje a una isla en el Danubio. Cuando en Agosto, nuestro viaje era una realidad disfrazada de road-movie, incluí la canción en un recopilatorio que llamé One 4 the road, especial para la ocasión. Sonó mientras dejábamos atrás Ljubljana rumbo a Budapest, y más tarde sonó en nuestra primera noche en la isla, en el bar de rock sin nombre, y la cantamos a voz en grito subidos a unas mesas de madera, bajo la lluvia, sin sospechar todas las sorpresas que nos depararía ese lugar en ese año, en el siguiente y lo que nos queda. Pero esa es otra historia.
Habla de dos amantes, que viajan juntos de estado en estado, de la libertad que sienten, de lo fácil que es sentirse bien así, cantando a los conductores que los recogen con una vieja harmónica y la voz como únicos instrumentos, y los limpias del coche bajo la lluvia como única percusión. Y de cómo llega un momento en que a pesar de todo lo compartido y todo lo vivido se tienen que separar, porque uno anda buscando un hogar en tierra y el otro no puede dejar de volar libre. Freedom is just another word for nothing left to lose, pero claro, a veces se cambiarían todos los mañanas por tan solo un ayer.
Espero que la disfrutéis...y que nos contéis lo que os transmite a vosotros.
kboy
Me and Bobby McGee by Janis Joplin
preciosa, gracias por el descubrimiento!
ResponderEliminarAbsolutamente magnífica. Janis era una auténtica fuerza de la naturaleza que sabía transmitir como nadie lo que le salía desde lo más profundo de sus entrañas. Muchas gracias kboy por esta preciosa canción (si puedo se la haré llegar a NJ, jijijijiji).
ResponderEliminarUna de mis canciones favoritas, gracias Kboy.
ResponderEliminarGracias a vosotros por comentar y a Janis y tantos otros por descubrirme tantas cosas...
ResponderEliminarAyy kien hubiera pillado Woodstock eh? La madre de todos los Festivales con Janis brillando como una perla ;D