No lo puedo evitar, cada vez que cruzo esa puerta y bajo la escalera de la Sala El Sol se me ponen los pelos de punta. Ese sabor añejo y el recuerdo de tantas y tantas madrugadas amaneciendo en ese sótano. Sus luces rojas, sus camareros de pajarita, los cristales en los que tantas veces he visto mi propio reflejo y ese escenario. Pero todos esos recuerdos merecen su propio artículo, llegará.

Esta noche, en 2013, todos esos recuerdos desaparecen de un golpe con el sonido de The Rippers. Alguno que otro lo ha calificado de rock garajero, pero a mí me suenan mucho más metaleros, con ciertos toques oscuros punk que nos encienden para lo que pasará luego. Desde luego, el calentamiento no ha podido ser mejor.

Las luces vuelven a bajar y aparecen sobre el escenario, al calor de los focos, las "lagartijas" originales, Antonio, Juan, Eric, Miguel Ángel. Toca recordad los Dichosos 90. Los cuatro granaínos arrancan con una potencia que ya quisieran para sí algunos grupos que se hacen llamar herederos suyos. Definitivamente sí que hubo efecto milenio, por lo menos en la mágica ciudad de Granada. Porque de lo que salió de allí en los noventa a lo que sale ahora, va un mundo.

Hace más de veinte años que Lagartija Nick nos introdujo en un estadio de Hipnosis, y casi sin darnos cuenta lo han tocado de principio a fin como si no hubieran pasado los años. La aparición de Fino Oyonarte sobre el escenario fue la primera de las sorpresas de la noche. Con Gansgterville, llega el momento de las anécdotas, de torear a un munipa que te pilla con un petardo en la mano, aunque sea en la calle, y de agradecer a los verdaderos amigos que te saquen de esos apuros.

Caen versiones y más sorpresas. Miguel Pardo coge el micrófono para homenajear a The Electric Prunes. Pero el éxtasis llega con los primeros bises. Otro de los iconos de la movida no quiso perderse este remember y tampoco resistió subirse al escenario. Ana Curra nos trasladó a aquellas noches por Malasaña, a esos momentos Nacidos Para Dominar como nos decían Parálisis Permanente.

El cierre fue Universal con una Eva Amaral absolutamente desatada, a la altura del nivel del concierto que acabábamos de vivir. Casi dos horas de recuerdos noventeros. Los mismos que luego pinchó Juan Aguirre. La otra mitad del dúo zaragozano nos regaló una sesión a los platos con caras B y más de una cara B de la B.

Así se pasó la noche, otra noche más al calor de El Sol. La música sigue sonando bajo el suelo del centro de Madrid. Música que esta noche nos ha traído los mejores recuerdos de los 90. Y no serán los únicos...

J&B


Universal a dos voces
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