Rebuscando en las historias de los jóvenes emigrantes que han salido de un lugar llamado España, pisoteado por una crisis impuesta por las clase política y capitalista, existe un exilio generalizado de jóvenes con talento, buscando un futuro fuera de estas fronteras impuestas por la sociedad. Fronteras que hacen que existan ciudadanos de segunda y volvamos al periodo medieval a pesar de creernos muy avanzados y modernos.
Fui a visitar a una amiga que se fue a buscar curriculum, a aprender un idioma, a pesar de tener dos licenciaturas…y llegó a Escocia donde el clima siempre es el mismo pero las oportunidades no, simplemente por el hecho de ser spanish.
Y allí estaba yo, en uno de los garitos más curiosos en los que he estado el The Labyrinth, como su nombre indica una sucesión de pasillos donde perderse es un placer además de un tremendo lío si vas al baño o a por una copa, ya que probablemente nunca llegarás al mismo sitio. Y si te pierdes que no te extrañe encontrarte en un pequeño minicine, donde la gente pone el cubata en el hueco de la coca-cola y pueden estar viendo Los Goonies un sábado de fiesta.
Bajo tierra había un escenario y esa noche tocaban The Matatunes, curiosamente en una de las noches mágicas de la poesía escocesa, la noche de Robert Burns. Por cierto, menuda cena de bienvenida me habían preparado al más estilo escocés con huggies, whisky y poemas. Allí estaba Fer, guitarrista vocalista y compositor de The Matatunes, con falda escocesa y su Robert Burns a lo Che en su camiseta, el ska prometía y no nos defraudó.
Buenas versiones de canciones que ya antes habíamos bailado: Cucaratxa blanca, Dropkick, Sólo vivir de los Skalariak, Mierda de ciudad, One step beyond, Jimmy Jazz, Positive bomb, Fiesta, Txus, Cuenca minera o Alabama Song. Todo ello entre escoceses que saltaban como locos poseídos por el ska. Y además, 3 canciones compuestas por ellos mismos. Gitanos del Siglo XXI trata sobre los inmigrantes de 1º clase, que viajan con contratos y tienen unas muy buenas garantías de trabajo y sueldo, en comparación con los inmigrantes que van a buscarse la vida y encima tienen que mandar dinero a su familia. Herri Matatuna pretendía ser una canción del verano de esas que tienen ritmo pegadizo pero ¡no dicen nada de nada! Y por último The Matatunes en honor al grupo, que se formó con la mezcla de jóvenes emigrantes en Edimburgo, y como todo grupo tiene su historia detrás.
Xabi (bajo del grupo) proveniente de País Vasco y es ex bajista de Basque Cosnspiracy, conoció a Fer (sevillano y cantante) que a su vez, dando clases de guitarra gratuitas en un centro comunitario de Tollcross, conoció a Jaime (batería madrileño del Barrio del Pilar). A ellos se unió Jokin, tocando el acordeón desde el País Vasco. Juntos pensaron en una idea poco común en Edimburgo, la “Electrocharanga” con el objetivo de cantar y hacer bailar por las calles, pero las condiciones meteorológicas impidieron que una idea tan genial que en nuestro país hubiera revolucionado cualquier pueblo, no triunfara en la ciudad de la chimeneas.
Pero sus ganas de tocar no desistieron y formaron un grupo al que llamaron The Matatunes. Con el tiempo se unío Rodrí (saxofonista de Valencia), Adriá y Luis (trompeta malagueño). Los inicios del grupo eran de estilo punk pero fueron añadiendo canciones más ska. Suelen ensayar en unos locales cerca de la estación de Haymarket una vez por semana y también han grabado un par de canciones en el College Jewell.
Han dado ya 8 conciertos en bares de reconocido nombre en Edimburgo como Henry's Cellar, Banshee Labyrinth y Drop Kick Murphy's (en este bar el concierto fue benéfico para recaudar fondos para un equipo de baloncesto femenino). Les deseo mucha suerte a todos ellos, que no pierdan la ilusión de tocar estén en el lugar del mundo que estén y que festivaler@s como yo sigan apreciando su música.
Sheylidad Jiménez
Así suenan esos Gitanos del Siglo XXI
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