Dos lienzos en blanco sobre el escenario. Sombreros. Guitarras españolas y un grupo de amigos que se junta a pasar la madrugá. Porque en eso se convirtió el Concierto de Muchachito Bombo Infierno en la Sala El Sol de Madrid: En una noche de juerga, de sacar las sillas a la calle, aprovechando que ya se ha ido el sol, coger las guitarras y ponerse a cantar una tras otra todas y cada una de las canciones que te va pidiendo el cuerpo en ese momento.
Con Jairo, sobre el escenario, su compadre Diego "El Ratón" y el polifacético Santos de Veracruz, capaz tanto de sorprenderte con una canción como de firmar auténticas obras de arte en cada concierto. Ellos son los tres actores principales, pero sobre ese escenario no quisieron faltar otros compadres, Tomasito, Edu Soto, El Pájaro, otros, como el compadre Lichis estuvo presente en espíritu.
En definitiva, una fiesta, arriba y abajo. Fiesta porque no siempre puedes codearte en la barra del fondo con La Shica, charlar con ella mientras te traen la cerveza y decirle que es todavía más guapa en la distancia corta. Fiesta porque no todas las noches puedes bailar o intentarlo al ritmo frenético que te marca Tomasito mientras un olor mágico inunda esa esquina de la sala. Fiesta porque las dos horas y tres cuartos de concierto se pasaron en un suspiro casi a la misma velocidad con la que Jairo y El Ratón son capaces de tocar esa guitarra española.
Fiesta porque "la prueba de sonido" sonó fenomenal y porque por más que buscamos "las lentas" durante toda la noche no las encontramos. Porque esas dos guitarras se movían frenéticas y porque el Bombo Infierno, camuflado bajo los pies de nuestros protagonistas no dejaba de sonar. Entre streaptease y streaptease, nos moríamos de ganas de ir P'al Sur o Camino del Hoyo, y aunque en el camino nos cruzáramos con 40 Forajidos, estos Piratas del Estrecho lo único que quieren es seguir rumbeando En las Calles de Madrid con ellos y con el espíritu del Rey Peret.
Rumbear y dejarse los pies bailando y la garganta que La Quiero a Morir, y acto seguido decir que Ojalá no te Hubiera Conocido Nunca. Real como la vida misma. Y terminar rendido y con la mirada viajando hasta la orilla del mar para repetir aquello de Entonces siempre acuerdate, de lo que un día yo escribí, pensando en ti... Palabras para Julia de Goytisolo que Muchachito hace suyas para demostrar que esa guitarra desborda sentimientos y nos los hace desbordar a los que estamos cerca de él.
J&B
Con Jairo, sobre el escenario, su compadre Diego "El Ratón" y el polifacético Santos de Veracruz, capaz tanto de sorprenderte con una canción como de firmar auténticas obras de arte en cada concierto. Ellos son los tres actores principales, pero sobre ese escenario no quisieron faltar otros compadres, Tomasito, Edu Soto, El Pájaro, otros, como el compadre Lichis estuvo presente en espíritu.
En definitiva, una fiesta, arriba y abajo. Fiesta porque no siempre puedes codearte en la barra del fondo con La Shica, charlar con ella mientras te traen la cerveza y decirle que es todavía más guapa en la distancia corta. Fiesta porque no todas las noches puedes bailar o intentarlo al ritmo frenético que te marca Tomasito mientras un olor mágico inunda esa esquina de la sala. Fiesta porque las dos horas y tres cuartos de concierto se pasaron en un suspiro casi a la misma velocidad con la que Jairo y El Ratón son capaces de tocar esa guitarra española.
Fiesta porque "la prueba de sonido" sonó fenomenal y porque por más que buscamos "las lentas" durante toda la noche no las encontramos. Porque esas dos guitarras se movían frenéticas y porque el Bombo Infierno, camuflado bajo los pies de nuestros protagonistas no dejaba de sonar. Entre streaptease y streaptease, nos moríamos de ganas de ir P'al Sur o Camino del Hoyo, y aunque en el camino nos cruzáramos con 40 Forajidos, estos Piratas del Estrecho lo único que quieren es seguir rumbeando En las Calles de Madrid con ellos y con el espíritu del Rey Peret.
Rumbear y dejarse los pies bailando y la garganta que La Quiero a Morir, y acto seguido decir que Ojalá no te Hubiera Conocido Nunca. Real como la vida misma. Y terminar rendido y con la mirada viajando hasta la orilla del mar para repetir aquello de Entonces siempre acuerdate, de lo que un día yo escribí, pensando en ti... Palabras para Julia de Goytisolo que Muchachito hace suyas para demostrar que esa guitarra desborda sentimientos y nos los hace desbordar a los que estamos cerca de él.
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