Ha llegado ya el último día. Elijo para empezar la traca final a Your demise, banda británica de hardcore con toques punk a la que ya había visto años atrás y que termina aquí su andadura con
su coreado Fuck the world navegando entre el público. Llega el turno de un poquito de metal del bueno. Son Killswitch engage, que hacen las delicias del respetable con su metalcore cargado de matices, lo que ayuda a que el concierto resulte de todo menos monótono.
Y mientras voy a cenar, oigo de fondo a Evergreen terrace. Ya el nombre me resulta poco atractivo. Y si a eso se le une que tocan una versión de Sunday, bloody Sunday, creo que he acertado con el mejor momento para comerme un bocata. Fuerzas repuestas y ya preparado, cervecita en mano, para lo que son en mi opinión los dos platos más fuertes del festival este año: comenzamos por el escenario Jager, y en él los míticos Black flag, con un Gregg Ginn que tuvo unos leves problemas al principio con la guitarra, producto de una intro cargada de psicodelia, y un concierto en el que sonaron todos los temas imprescindibles de la banda y que nos hizo viajar a cuando el hardcore no eran wall of deaths y circle pits. Y aunque Ron Reyes hizo un gran trabajo a la voz, no puedo evitar echar de menos a Henry Rollins. Y ahí va mi recomendación de cara al año que viene. Pocos minutos antes de que acabe el concierto, me marcho a tomar posiciones. Entro por la derecha y avanzo todo lo que puedo.
Estoy impaciente. Ya no se oye música en el otro escenario. Bad religión se demoran unos instantes, quizá por respeto. Es sin duda el plato fuerte del festival. Más público que otros días. Empieza a oírse el Don`t call me white de NOFX (por cierto, primeros confirmados para el Resurrection Fest 2014), ya coreado por el público, y sobre el escenario aparecen unos tipos que llevan ya 30 años en esto. Eso se nota en su aspecto. Especial mención para los pantalones blancos inmaculados de Mr. Brett. Pero solo se nota en eso, porque cuando se ponen a tocar es como si estuvieran diciendo: nosotros inventamos buena parte de esto. Así que temas de su último disco, como Fuck you, True north y Dharma and the bomb, en el que acabé por encima de las vallas, clásicos de toda la vida como Do what you want, Out of control o Generator (uno de los más jaleados), y nuevos himnos como Sorrow, Come join us o Punk rock song. En el debe, ni un solo bis. A mí, personalmente me hubiera gustado el Tiny voices, que sería algo como decir: Adiós, este es nuestro legado.
Y con el subidón y mucha gente abandonando el recinto, momento para escuchar a los Strung out, punk con regusto californiano y banda a la que no me perderé la próxima vez que nos visiten. Si es en un garito pequeño, mejor.
FROM HELL
Crónica del jueves de Resurrection
Crónica del viernes de Resurrection
Bad Religion en el Resurrection Fest 2013
su coreado Fuck the world navegando entre el público. Llega el turno de un poquito de metal del bueno. Son Killswitch engage, que hacen las delicias del respetable con su metalcore cargado de matices, lo que ayuda a que el concierto resulte de todo menos monótono.
Y mientras voy a cenar, oigo de fondo a Evergreen terrace. Ya el nombre me resulta poco atractivo. Y si a eso se le une que tocan una versión de Sunday, bloody Sunday, creo que he acertado con el mejor momento para comerme un bocata. Fuerzas repuestas y ya preparado, cervecita en mano, para lo que son en mi opinión los dos platos más fuertes del festival este año: comenzamos por el escenario Jager, y en él los míticos Black flag, con un Gregg Ginn que tuvo unos leves problemas al principio con la guitarra, producto de una intro cargada de psicodelia, y un concierto en el que sonaron todos los temas imprescindibles de la banda y que nos hizo viajar a cuando el hardcore no eran wall of deaths y circle pits. Y aunque Ron Reyes hizo un gran trabajo a la voz, no puedo evitar echar de menos a Henry Rollins. Y ahí va mi recomendación de cara al año que viene. Pocos minutos antes de que acabe el concierto, me marcho a tomar posiciones. Entro por la derecha y avanzo todo lo que puedo.
Estoy impaciente. Ya no se oye música en el otro escenario. Bad religión se demoran unos instantes, quizá por respeto. Es sin duda el plato fuerte del festival. Más público que otros días. Empieza a oírse el Don`t call me white de NOFX (por cierto, primeros confirmados para el Resurrection Fest 2014), ya coreado por el público, y sobre el escenario aparecen unos tipos que llevan ya 30 años en esto. Eso se nota en su aspecto. Especial mención para los pantalones blancos inmaculados de Mr. Brett. Pero solo se nota en eso, porque cuando se ponen a tocar es como si estuvieran diciendo: nosotros inventamos buena parte de esto. Así que temas de su último disco, como Fuck you, True north y Dharma and the bomb, en el que acabé por encima de las vallas, clásicos de toda la vida como Do what you want, Out of control o Generator (uno de los más jaleados), y nuevos himnos como Sorrow, Come join us o Punk rock song. En el debe, ni un solo bis. A mí, personalmente me hubiera gustado el Tiny voices, que sería algo como decir: Adiós, este es nuestro legado.
Y con el subidón y mucha gente abandonando el recinto, momento para escuchar a los Strung out, punk con regusto californiano y banda a la que no me perderé la próxima vez que nos visiten. Si es en un garito pequeño, mejor.
FROM HELL
Crónica del jueves de Resurrection
Crónica del viernes de Resurrection
Bad Religion en el Resurrection Fest 2013
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