El viernes se levantó un día nublado en el Resurrection Fest 2013. Así que como no hacía mucho calor, fue una buena oportunidad para mucha gente de ir a disfrutar de las bandas de primera hora: muchos portugueses con sus compatriotas For the glory, muchas camisetas de Vita imana, y bastante gente congregándose en torno el concierto de los holandeses No turning back. Hardcore de puño en alto, sobrio y que tuvo su punto culminante con la colaboración de la cantante de We ride.
Tras ellos, escenario pequeño para Dawn of the maya. Los navarros proponen un hardcore emocional de nueva hornada bastante atractivo; pudimos ver entre el público a algunos miembros de Ángelus apátrida. El único inconveniente es que tuvieron la mala suerte de coincidir con otros navarros ya mucho más asentados. Fue turno para los 30 minutos vibrantes de Lendakaris muertos, quienes salieron al escenario con la intención de “tocar 50 temas en media hora”. Solo 3 temas de su último disco y un buen número de canciones que ya están en el inconsciente colectivo, con un recuerdo para los Slayer en su Centro comercial.
Luego un ratillo para echar un vistazo a los puestos de camisetas y alejarme un poco del fragor de la batalla. Hay un bar en Celeiro ideal para ello. Además, de vez en cuando puedes coincidir con miembros de algunas bandas. Tras un leve refrigerio, momento de volver al escenario grande. Exodus es una banda a la que le tenía bastantes ganas. Trash de la vieja escuela, con un sonido potentísimo. Imprescindibles.
Una larga cola para coger tickets, tomar algo y a ver cómo se lo montan esta vez los Comeback kid, un grupo típicamente Resurrection; hardcore enérgico con el público coreando muchos de sus estribillos y aún jaleados mientras se despiden cuando el escenario grande empieza a rugir... ¡Slayer está en casa! Su sonido es atronador tema tras tema. Juegos de luces que tiñen el escenario y un cambio de grafismo en los bises con un gran símbolo de cerveza tipo Heineken en la que puede leerse Hanneman. En el debe, excesivos parones, con Araya en silencio sobre el escenario y algún que otro fallo vocal. No fue de los mejores conciertos que les he visto.
Y para cerrar mi día, igual que el jueves un poquito de punk con más de 20 años macerando en alcohol y mala leche. The exploited, o lo que es lo mismo, Wattie y unos músicos que lo acompañan, con un show y un sonido muy de los 80 que a ritmo de Fuck you no consigue reunir a mucha gente. Se va notando ya el cansancio.
FROMHELL
Crónica del jueves de Resurrection
Lendakaris Muertos haciendo de las suyas en el Resurrection Fest 2013
Tras ellos, escenario pequeño para Dawn of the maya. Los navarros proponen un hardcore emocional de nueva hornada bastante atractivo; pudimos ver entre el público a algunos miembros de Ángelus apátrida. El único inconveniente es que tuvieron la mala suerte de coincidir con otros navarros ya mucho más asentados. Fue turno para los 30 minutos vibrantes de Lendakaris muertos, quienes salieron al escenario con la intención de “tocar 50 temas en media hora”. Solo 3 temas de su último disco y un buen número de canciones que ya están en el inconsciente colectivo, con un recuerdo para los Slayer en su Centro comercial.
Luego un ratillo para echar un vistazo a los puestos de camisetas y alejarme un poco del fragor de la batalla. Hay un bar en Celeiro ideal para ello. Además, de vez en cuando puedes coincidir con miembros de algunas bandas. Tras un leve refrigerio, momento de volver al escenario grande. Exodus es una banda a la que le tenía bastantes ganas. Trash de la vieja escuela, con un sonido potentísimo. Imprescindibles.
Una larga cola para coger tickets, tomar algo y a ver cómo se lo montan esta vez los Comeback kid, un grupo típicamente Resurrection; hardcore enérgico con el público coreando muchos de sus estribillos y aún jaleados mientras se despiden cuando el escenario grande empieza a rugir... ¡Slayer está en casa! Su sonido es atronador tema tras tema. Juegos de luces que tiñen el escenario y un cambio de grafismo en los bises con un gran símbolo de cerveza tipo Heineken en la que puede leerse Hanneman. En el debe, excesivos parones, con Araya en silencio sobre el escenario y algún que otro fallo vocal. No fue de los mejores conciertos que les he visto.
Y para cerrar mi día, igual que el jueves un poquito de punk con más de 20 años macerando en alcohol y mala leche. The exploited, o lo que es lo mismo, Wattie y unos músicos que lo acompañan, con un show y un sonido muy de los 80 que a ritmo de Fuck you no consigue reunir a mucha gente. Se va notando ya el cansancio.
FROMHELL
Crónica del jueves de Resurrection
Lendakaris Muertos haciendo de las suyas en el Resurrection Fest 2013
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