Otro agosto, y ya van unos cuantos, que nos acercamos al Vagos Open Air para recibir nuestra ración anual de metal europeo. Este año, además, con el atractivo de la nueva ubicación; un sitio que nos pareció idóneo para este tipo de eventos, con una zona de acampada bastante cómoda anexa al recinto de conciertos, una buena distribución de todos los servicios, con una zona de terraza con hierba habilitada a disposición de todos los campistas para comer, limpieza y accesibilidad. Además, todo muy tranquilo, sin incidentes ni malos rollos, y la oportunidad de ver a los grupos dando conciertos completos.
Otro tema es el de los tickets del festival, que realmente solo sirven para tres barras, el lío de los autobuses, que cada día te paran en un sitio y lo de los cambios de última hora. Pero bueno, esto es algo ya inherente al Vagos y forma también parte del encanto de éste.
En cuanto a los conciertos, el cartel de este año quizá estuviera un poco desequilibrado entre el viernes y el sábado, lo cual se notó en la afluencia de público. El primer día, empezamos la sesión con los toques de metal épico de los nórdicos Moonsorrow, cuyo concierto no llegamos a ver completo y que reunió ya a un buen número de gente coreando sus temas más conocidos. Tras ellos, Bizarra Locomotiva, una banda en nuestra opinión prescindible, un tanto anodina y con un sonido algo saturado, lo que fue una constante durante toda la jornada. A continuación, los fineses Sonata Arctica, que nos ofrecieron un show entretenido a base de power metal y con el desamor por bandera. Momentos brillantes, como el 'Losing my insanity' o el 'Runaway'.
Por último, a eso de las 12 el gran atractivo del día (en todos los sentidos): Lacuna coil. Los italianos regresaban a tierras lusas después de 10 años. Ofrecieron un setlist basado en su último disco, donde no faltaron también sus temas clásicos, como el coreadísimo 'Enjoy de silence', y con una Cristina Scabbia convertida en reina del escenario buscando en todo momento la complicidad del público. En el debe, un show que se hizo bastante corto. Después, para cerrar la noche, sesión de Dj hasta las tantas con temas de toda la vida.
Segundo día y avidez de ruido. Para comenzar, Rotting Christ. A los griegos se les tenía ganas. Primeros bailes del festival a ritmo de voz gutural, guitarras potentes y pelos al viento, con un subidón general con la vibrante versión del 'Societas Satanas' (Thou Art Lord). Desde el principio se notaba que se habían solucionado los problemas de sonido del primer día. Un descanso, y de nuevo a la carga con los americanos Iced Earth, quienes dieron un concierto muy aplaudido, lleno de alardes vocales, de palmas y cuernos al viento. Como no puede ser de otro modo en un concierto de heavy metal, momentos para el romanticismo y la emotividad con 'I’ll die for you' y 'Watching over me'.
Reponemos fuerzas a base de bifanas y Superbock y nos disponemos para ver a Gamma Ray, reclutados en el último momento en sustitución de Saxon (problemas de salud del cantante les impidieron estar aquí). Y los alemanes lo dijeron desde el principio: somos un grupo de metal alemán y ya sabéis lo que eso significa: melodía, poder, energía... Así que eso es lo que nos ofrecieron Kai Hansen y los suyos, con delirio colectivo incluido a base de 'Future world' y 'I’m alive'. Como colofón, el plato fuerte del día era Testament, que empezaron con un sonido bastante pobre que mejoró algo a lo largo del concierto, pero no llegó a ser brillante del todo. Trash de la vieja escuela, circle pits y temas de toda la vida como 'Alone in the dark' o el brillante 'Over the world' con el que se despidieron dejándonos con ganas de más.
FROM HELL
Otro tema es el de los tickets del festival, que realmente solo sirven para tres barras, el lío de los autobuses, que cada día te paran en un sitio y lo de los cambios de última hora. Pero bueno, esto es algo ya inherente al Vagos y forma también parte del encanto de éste.
En cuanto a los conciertos, el cartel de este año quizá estuviera un poco desequilibrado entre el viernes y el sábado, lo cual se notó en la afluencia de público. El primer día, empezamos la sesión con los toques de metal épico de los nórdicos Moonsorrow, cuyo concierto no llegamos a ver completo y que reunió ya a un buen número de gente coreando sus temas más conocidos. Tras ellos, Bizarra Locomotiva, una banda en nuestra opinión prescindible, un tanto anodina y con un sonido algo saturado, lo que fue una constante durante toda la jornada. A continuación, los fineses Sonata Arctica, que nos ofrecieron un show entretenido a base de power metal y con el desamor por bandera. Momentos brillantes, como el 'Losing my insanity' o el 'Runaway'.
Por último, a eso de las 12 el gran atractivo del día (en todos los sentidos): Lacuna coil. Los italianos regresaban a tierras lusas después de 10 años. Ofrecieron un setlist basado en su último disco, donde no faltaron también sus temas clásicos, como el coreadísimo 'Enjoy de silence', y con una Cristina Scabbia convertida en reina del escenario buscando en todo momento la complicidad del público. En el debe, un show que se hizo bastante corto. Después, para cerrar la noche, sesión de Dj hasta las tantas con temas de toda la vida.
Segundo día y avidez de ruido. Para comenzar, Rotting Christ. A los griegos se les tenía ganas. Primeros bailes del festival a ritmo de voz gutural, guitarras potentes y pelos al viento, con un subidón general con la vibrante versión del 'Societas Satanas' (Thou Art Lord). Desde el principio se notaba que se habían solucionado los problemas de sonido del primer día. Un descanso, y de nuevo a la carga con los americanos Iced Earth, quienes dieron un concierto muy aplaudido, lleno de alardes vocales, de palmas y cuernos al viento. Como no puede ser de otro modo en un concierto de heavy metal, momentos para el romanticismo y la emotividad con 'I’ll die for you' y 'Watching over me'.
Reponemos fuerzas a base de bifanas y Superbock y nos disponemos para ver a Gamma Ray, reclutados en el último momento en sustitución de Saxon (problemas de salud del cantante les impidieron estar aquí). Y los alemanes lo dijeron desde el principio: somos un grupo de metal alemán y ya sabéis lo que eso significa: melodía, poder, energía... Así que eso es lo que nos ofrecieron Kai Hansen y los suyos, con delirio colectivo incluido a base de 'Future world' y 'I’m alive'. Como colofón, el plato fuerte del día era Testament, que empezaron con un sonido bastante pobre que mejoró algo a lo largo del concierto, pero no llegó a ser brillante del todo. Trash de la vieja escuela, circle pits y temas de toda la vida como 'Alone in the dark' o el brillante 'Over the world' con el que se despidieron dejándonos con ganas de más.
FROM HELL
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