En medio del húmedo y oscuro paisaje otoñal de los bordes del canal du Midi, la sala Le Bikini es un oasis, o mejor dicho, una casa con chimenea. Es el primer día del Festival des Inrocks y los espectadores, que van llegando poco a poco, aceleran el paso al darse cuenta de que el primer concierto acaba de empezar. Hoy, la programación es una especie de speed dating musical: cuatro conciertos de aproximadamente media hora, lo justo para descubrir cuatro bandas y decidir si los queremos volver a ver.
Los primeros se llevan un sí directo. Se llaman Young Fathers y su movida hip hop alternativa, que nos daba un poco de miedo, en realidad suena más a un rap-soul postmoderno muy agradable que resulta muy bien en directo. Un grupo ideal para calentar los motores de un festival como Les Inrocks.
Tras ellos Papa, unos californianos que prometen cosas interesantes para un futuro cercano, pero a los que aún le falta un poco de rodaje. El que la voz principal sea la del baterista es muy original pero muy arriesgado, como también lo es atacar canciones míticas como Because the Night de Patti Smith, sin intentar sacar una particularidad que convierta a la versión en algo diferente y la justifique. Por lo demás, es un grupo con muchas ganas de hacerlo bien y llevan consigo una reserva del sol de su tierra para compartirla con los amigos. En descarga de lo dicho sobre su versión fallida, diremos que su directo se parece más a este chispeante I am the Lion King.
Claro que para arriesgado, lo que hacen These New Puritans, un sonido entre la New Age, el pop y la electrónica experimental. No es música para bailar sino para escuchar y dejarse llevar por sus recovecos llenos de bucles, sinestesias y evocaciones. Tener como vocalista a la portuguesa Elisa Rodrigues es un triunfo asegurado y, aunque la extrema sobriedad de la puesta en escena puede confundirse con antipatía, la música lo desdice y habla de la tensión de una maquinaria lírica en la que cada detalle parece muy bien medido.
El riesgo siguió in crescendo y culminamos la primera noche con un triple salto mortal con tirabuzón. Suuns son un grupo ruidoso y estridente del que uno no se puede despegar. En su caso, las sinestesias pueden llegar a ser dolorosas, pero te dejan clavado en el sitio esperando que te administren otra dosis. Magistral pieza de progresivo, este 2020 que ya habíamos citado pero que volvemos a hacer porque resulta muy característico de lo que practican los canadienses más psicodélicos.
Después de todo esto, como podéis imaginar, nos marchamos para casa viendo espirales de colores y deseando volver al día siguiente, en el que encontraríamos nuevas sorpresas en esa casa con chimenea llamada Le Bikini.
Dr. J
Los primeros se llevan un sí directo. Se llaman Young Fathers y su movida hip hop alternativa, que nos daba un poco de miedo, en realidad suena más a un rap-soul postmoderno muy agradable que resulta muy bien en directo. Un grupo ideal para calentar los motores de un festival como Les Inrocks.
Tras ellos Papa, unos californianos que prometen cosas interesantes para un futuro cercano, pero a los que aún le falta un poco de rodaje. El que la voz principal sea la del baterista es muy original pero muy arriesgado, como también lo es atacar canciones míticas como Because the Night de Patti Smith, sin intentar sacar una particularidad que convierta a la versión en algo diferente y la justifique. Por lo demás, es un grupo con muchas ganas de hacerlo bien y llevan consigo una reserva del sol de su tierra para compartirla con los amigos. En descarga de lo dicho sobre su versión fallida, diremos que su directo se parece más a este chispeante I am the Lion King.
Claro que para arriesgado, lo que hacen These New Puritans, un sonido entre la New Age, el pop y la electrónica experimental. No es música para bailar sino para escuchar y dejarse llevar por sus recovecos llenos de bucles, sinestesias y evocaciones. Tener como vocalista a la portuguesa Elisa Rodrigues es un triunfo asegurado y, aunque la extrema sobriedad de la puesta en escena puede confundirse con antipatía, la música lo desdice y habla de la tensión de una maquinaria lírica en la que cada detalle parece muy bien medido.
El riesgo siguió in crescendo y culminamos la primera noche con un triple salto mortal con tirabuzón. Suuns son un grupo ruidoso y estridente del que uno no se puede despegar. En su caso, las sinestesias pueden llegar a ser dolorosas, pero te dejan clavado en el sitio esperando que te administren otra dosis. Magistral pieza de progresivo, este 2020 que ya habíamos citado pero que volvemos a hacer porque resulta muy característico de lo que practican los canadienses más psicodélicos.
Después de todo esto, como podéis imaginar, nos marchamos para casa viendo espirales de colores y deseando volver al día siguiente, en el que encontraríamos nuevas sorpresas en esa casa con chimenea llamada Le Bikini.
Dr. J
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