Cultura Inquieta 2014: Goran Bregovic y el Espíritu Gitano

Tiene muy buena pinta y muy buen nombre algo que se llama Festival Cultura Inquieta. Hace falta en Madrid que nos inquietemos un poco más y este colectivo lo está consiguiendo con actividades culturales, exposiciones diferentes y conciertos escogidos con muy buen gusto, fuera del circuito más comercial y buscando el "para todos los públicos" de verdad, no hay más que ver el cartel de esta edición para darse cuenta de esto. Si a eso le sumas la colaboración del municipio de Getafe que te facilita una zona gratuita de aparcamiento en frente de la Plaza de Toros donde se van a celebrar los conciertos, la cosa empieza muy pero que muy bien.

Desde el momento que pisas el coso de la Plaza de Toros el ambiente se nota diferente. Una zona al lado del escenario, llamada Talleres Inquietos, y reservada para los más pequeños nos gana. Necesitamos que los más jóvenes empiecen a escuchar música en directo. El futbolín cerca de las barras también nos gana. Nos gana, sin duda, encontrarnos frente a frente con Eric Sardinas y charlar con él. Y finalmente, la posibilidad de moverte libremente de la arena a la grada es una muestra más de que nos encontramos en un entorno familiar, agradable y en el que la gente ha venido a disfrutar de la buena música.

La que ponen de entrada el trío Moreland & Arbuckle. Llegados desde Wichita, allá en Kansas, nos gustan por su harmónica, por esas guitarras fabricadas en el garage y, sobre todo, nos convencen con un sonido que nos recuerda a The Black Keys  y al que le encontramos muchas posibilidades. Veníamos con la mente y con las orejas abiertas y nos llevamos un grupo nuevo al que vamos a darle más de una escucha, seguro.



Pero a lo que realmente veníamos, seamos sinceros, era a ver al gran Goran Bregovic. De entrada tenemos que decir que somos muy, pero que muy de Goran. Nuestro espíritu Festivalero! combina a la perfección con el espíritu balcánico del yugoslavo. Y no nos decepcionó. Todo lo contrario, nos sorprendió desde el principio cuando, mientras mirábamos al escenario, algunos de los músicos que le acompañan aparecieron haciendo el paseíllo por el medio de la gente y haciendo sonar esos vientos gitanos que nos hipnotizan.

Una vez que todos estaban en sus puestos llegó el encargado de pilotar la nave. Mano derecha arriba controlándolo todo y movimiento de hombros para marcar el ritmo... Todos somos Balkan, Balkan... Balkanjeros... Vamos! y así comienza un baile de hora y media por los sonidos balcánicos más tradicionales, por el Mestizaje, así en mayúsculas, que nos hace gritar Fiesta, Fiesta! Presidente Aló! y sin darnos cuenta estamos bailando rumba con tintes balcánicos, ¿hace falta explicar algo más?

A veces es tan fácil hacer música y que a la gente le guste. Quizá ese sea el secreto de músicos como Goran Bregovic: ser capaces de darse cuenta de que la música balcánica no está tan lejos de la rumba o del flamenco. Por eso en la arena había gente joven, gente mayor, treinteañeros con niños subidos a sus hombros, parejas disfrutando como si fuera la fiesta en la plaza del pueblo (en el mejor sentido), banderas serbias, gente que no paró de bailar canción tras canción y gente con ganas de saltar y de hacer pogos. Gente, en definitiva, que había venido a ver a Goran Bregovic y a escuchar música de raíz, distintas raíces pero no tan lejanas, algo que se notó durante todo el concierto.

Entre el setlist no faltaron los clásicos como 'Gas, Gas' o 'Mescecina' y un bis cerrado al ritmo de Kalashnikov en el que fue imposible no perderse entre la gente para acabar viendo a Goran levantado de su silla marcando el final del concierto. Un final inmejorable para la primera jornada de este Festival Cultura Inquieta 2014 al que tenemos que agradecer ese buen gusto musical y al que tenemos que pedirle que siga arriesgando por una programación diferente. Quizá no tan mayoritaria pero sí fiel y que estamos seguros que acabará por cuajar. Y allí estaremos para contarlo. Getafe se Inquieta, Madrid se Inquieta. Falta nos hace.

J&B

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