Érase una vez un pueblo llamado Cercedilla a las faldas de la P. Sierra de Madrid. En ese pueblo habitaban unos seres peculiares, cada uno con un don distinto que les hacía únicos. Unos tocaban la trompeta, otros el acordeón o la guitarra. Los había que tenían el superpoder de ponerse una capa roja y hacer volar a toda la gente que tenían enfrente.
Unas extrañas letras se juntaron una vez en torno a estos seres para formar unas extrañas palabras: Spin Te Kú.
En ese pueblo también había malabaristas, criaturas del bosque, dominadores del fuego, guerreros y un extraño personaje con una túnica amarilla que no hacía más que repetir un grito que parecía surgir del interior y estar dirigido a todas las estrellas: Despertad! Despertad!
Todos estos personajes y muchos más nos encontramos a nuestra llegada y durante el transcurrir de la noche en la plaza de toros de Cercedilla en la primera edición del LPS Ska Summer Festival. Una celebración veraniega convertida en sueño.
Al llegar nos encontramos con la plaza de toros transformada por estos seres para la ocasión. Había sofás por aquí y por allá, mensajes subliminales, rincones ocultos para el esparcimiento, un palco convertido en un lugar privilegiado donde las telas vaporosas se dejaban llevar por el vientecillo serrano.
Los madrileños Hammond York empezaban a desplegar sus artes sobre el escenario mientras seguíamos descubriendo todos los detalles que convertían la plaza en un lugar acogedor, lleno de magia e imaginación, a ritmo de ska de banda sonora.
Con la sierra de fondo la noche caía. Si no se tiene para cañones de luz, se sacan lámparas de salón para la barra o el puesto de merchan, lo que le daba a la plaza un aspecto entre familiar y atrayente. Con versiones de los Skatalites de fondo, una cerveza de trigo La Barbuda era necesaria, con su título de cerveceros al cuello, como tiene que ser.
Mientras esperábamos al comienzo de Chotokoeu, una druida sale de la nada a conjurarnos para el resto de la noche. Habíamos entrado de lleno en un sueño lleno de ninfas del bosque y personajes que incitaban irremediablemente a bailar, a "pribar en la barra" y a ... despertar!
Todo esto usando los vasos reciclables que no deben faltar en ningún festival a estas alturas y que no podían faltar en un evento como este LPS, con ese amor al detalle y pensado por y para la gente. Y los precios, más que populares.
Los gallegos locos de Chokotoeu salieron a escena para poner más madera en el fuego de la noche. Quedarse quieto es imposible. Marta nos anima a dormir poco, pero un poco, para que podamos apreciar al máximo cuando estamos despiertos. Mezclan géneros sin etiqueta y se atreven hasta con ritmos sicilianos. Cómo está conectada la música de lugares tan diferentes con la energía almacenada en aquella plaza!
Esta energía se convierte en fuego que sale de los artilugios de los seres de la naturaleza. Los sueños de LPS se iluminan para que el maestro de ceremonias pronuncie de nuevo sus mágicas palabras. Despertad!
Este hilo conductor nos lleva, con la plaza ya llena de gente hasta las palabras que descubríamos al principio del relato. Spin Te Kú.
Los artífices de todo lo que ocurre no pueden sino agradecer a todos sus esfuerzos para hacer posible este festival. Voluntarios, asistentes y autoridades mojándose para hacer cosas tan bonitas como esta. Lo que tendría que ser habitual y que a veces no lo es tanto. Los ritmos se apoderan del pueblo con la magia de la iboga, los pogos se vuelven locos, las ganas de despertar al dragón que duerme en la montaña quedan patentes con cada salto y cada grito.
El polvo en suspensión es una anécdota ante las ganas de la gente de pasarlo bien y disfrutar de ese momento. Spin Te Kú juegan en casa y consiguen que la montaña rusa acabe con apoteosis final, saltos desde el escenario, gente bailando arriba y abajo. Nadie sabe lo que significa Zuka Vlast en el idioma de los rusos locos, y a nadie le importa porque en realidad sienten muy bien lo que significa.
Es su mejor actuación desde que los conocemos. Además en todas ellas nos invitaban a un aperitivo en su pueblo, y parece que esta vez la invitación se hará realidad. Pero eso sería al día siguiente.
Esa noche todavía quedaban por subir más la velocidad otros locos de la música, húngaros para más señas, llamados Bohemian Betyars. Entre medias, de la mano del maestro de ceremonias, las luces de la plaza se encienden y toda la gente presente forma un enorme símbolo de la paz. Entre todos, desde la plaza de toros de Cercedilla, mandamos un mensaje al universo con la esperanza de que este se entere. Despertad!
Acto seguido, sin control, botella de Unicum en mano (licor húngaro que sólo gusta a los húngaros) y con ganas de liarla, los Bohemian salen a escena y no paran ni un solo instante sobre el escenario. Todo son saltos, carreras y caras de felicidad. Con todo lo que vienen por aquí ya han aprendido algo del idioma y aprovechan para practicar: 'Somos los Bohemian Betyars malditooos! Yo hablo español!' Al final de la canción un 'chimpum' muy castizo y a seguir subiendo el ritmo. Primero 'Palinka' y luego 'Too Drunk to Fuck'. Claro.
El violinista Máté no puede más y se lanza al público para participar en el pogo. Y después de la tempestad, 'chimpum'.
Los DJs Caravan Disco ponen punto y seguido a una noche mientras la gente anda en busca del último tinto de verano caliente porque las existencias van escasas ya a esas horas.
Al día siguiente por la mañana nos encontramos en el tan prometido aperitivo, en el parque del Pradoluengo, y Alpargata ya andan esparciendo todo su cachondeo rumbero al sol de justicia. La organización intenta poner alguna sombra con desigual suerte. Después de algún coscorrón involuntario, al final lo consiguen. Los aspersores de agua que salen de los toldos se agradecen mucho.
El parque está decorado como el día anterior la plaza de toros, lo que le da al evento y al sueño una continuidad. Alpargata nos animan a invadir Portugal en un momento muy divertido.
Con la paella cayendo sobre los platos de plástico, la Trocamba Matanusca hacen lo que saben hacer, comprimirse sobre un escenario y soltar ritmos balkánicos y klezmer al mundo sin necesidad de demasiadas palabras. Cierran de nuevo Caravan Disco para poner un broche final al festival.
El ambiente familiar, la actitud ejemplar, festiva y abierta de la gente, los detalles tanto de la plaza como del parque al día siguiente, nos ofrecieron un fin de semana de un festival en el que no sólo hubo una sucesión de conciertos sino que hubo un hilo conductor y un trabajo hecho con ilusión e imaginación, cosa que en Festivaleros! solemos pedir a los festis de "relumbrón".
Spin Te Kú contaban que organizando este festi querían poner en práctica alguna de las cosas aprendidas en sus múltiples viajes por festivales europeos. Creo sinceramente que han cogido muy bien la esencia de cómo hacer que un festival ofrezca algo especial y que quizá podrían enseñar alguna que otra cosa a alguno de los grandes.
kboy
Si después de lo que te hemos contado has llegado hasta aquí, te mereces verlo en imágenes.
Este es nuestro particular aftermovie del LPS Ska Summer Fest.
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