BIME 2017

Dentro del circuito de festivales, se encuentra ya una de las citas ineludibles, nos referimos al doblete festivalero BIME Live y Pro celebrado en Bilbao. Anexo a la concepción del Pro planteado como un encuentro anual de muchos de los integrantes de la industria musical, se encuentra el BIME live alojado en el espacio BEC.


★ Lee nuestro repaso a las interioridades del BIME, más que una serie de conciertos.

Durante dos días consiguieron reunir a grupos de diversa índole: Veteranos como Einstürzende Neubauten, Orbital, Franz Ferdinand o Prodigy y  bandas con menos recorrido pero con un buen camino como Royal Blood o Kiasmos.

Dada la buena selección tuvimos que decidir qué grupos ver por lo que en la primera jornada nos acercamos a contemplar el entusiasmo de la gente por la banda Royal Blood en el escenario Thunder bitch, el principal durante este año.

Royal Blood fueron el primer gran reclamo del primer día. Casi la totalidad de la gente que se concentraba en el recinto estuvo esperando a los británicos Mike Kerr y Ben Thatcher. Bajo una puesta en escena adornada con unos leds en forma de puntos blancos por todo el escenario aparecieron acompañados de dos coristas que tuvieron más presencia visual que sonora debido a que no se las escuchó casi nada durante todo el concierto.

Royal Bloom desgranaron su segundo disco ‘How did we get so dark?’ (2017) con una pose bastante fría en el escenario. Aunque el calor ya lo ofreció el público congregado. El problema que se les presenta a Royal Blood es que su formato como dúo, muy parecido al que mantuvieron White Stripes pero sin la fuerza y presencia de la desaparecida banda, hace que haga aguas por todos los lados su show. Si ya los has visto alguna vez podrás comprobar cómo se repite la fórmula de rock agresivo pero sin tener esa agresividad que se supone que destilan.

Royal Blood, BIME 2017


Uno de los nombres más importante del festival BIME fue el de Bill Callahan ofreciendo uno de los mejores conciertos de las dos jornadas del festival. Dentro de la sala Antzerkia (teatro, en euskera), con una puesta en escena más intimista y rodeada por un anfiteatro en el que poder sentarse y disfrutar de otra manera de la música apareció Bill Callahan, el artista detrás de Smog, ofreciendo un show a guitarra acústica y acompañado de otro músico a la guitarra eléctrica con un sin fin de distorsiones proyectadas por los pedales. Callahan se centró en temas de sus últimos discos como Dream River (2013) o Apocalypse (2011) con un sonido abrumador y haciendo las delicias de un lleno en las gradas. Una delicatessen para la primera jornada.

La consecuencia de un buen cartel en un festival siempre nos lleva a la elección entre artistas. La decisión fue complicada pero nos tuvimos que decantar por Einsturzende Neubauten en detrimento de Metronomy por lo que otra vez nos vimos dentro de la zona más ¿tranquila?, en Antzerkia. Si para Bill Callahan el teatro rebosó de público para la banda alemana no se podía ni entrar, la variedad de público que concurrió no se vio en ningún otro concierto del festival.

Blisa Bargeld, líder de los Neubaten y ex Bad Seeds, apareció en traje y descalzo bajo un telón blanco en contraposición a lo que se veía venir durante su show. Este comenzó con ‘The Garden’ y fue terminando con canciones como ‘Let´s do it a Dada’. Durante el show se fueron sucediendo el cambio de instrumentos prefabricados por ellos, tubos gigantes en modo de percusión, bandas metálicas, clavos, tornillos cayendo, baterías creadas con cubos de basura y sobre todo la voz de Bargeld que por un momento pareció la de una “María Callas Industrial” que nos hizo preocupar por la salud de nuestro tímpanos. Un 10 de concierto.

Orbital fueron de los primeros en concebir la electrónica como algo más que música de baile

Después de lo industrial nos esperaban los hermanos Hartnoll o más bien Orbital. Después de idas y venidas pudimos comprobar por qué son tan importantes para la escena de la música electrónica y también del Pop. Ellos fueron de los primeros en concebir la electrónica como algo más que música de baile basando sus creaciones en estructuras melódicas. Muchos beats y recuerdos a las raves aparecieron con la fulminante SATÁN o el ya clásico medley de Bon Jovi con Belinda Carlisle.

Una de las citas ineludibles del festival fue el esperado show de Kiasmos. Los de Islandia con su música ambiental y tecno no consiguieron congregar a mucho público, fue una pena porque sus conciertos son fantásticos, quizás se debió a un error de programación debido a que sus sonidos ambientales no eran los adecuados para esas horas. La gente se encontraba en la zona electrónica GAUA (noche, en euskera) rebautizada por los asistentes como 'guau guau'. Con unos ritmos más acelerados pero en nuestra opinión con menos calidez que cualquier banda electrónica que actuó dentro del festival despedimos la primera jornada del BIME.


SÁBADO

El show de Vitalic es lo más parecido que nos podemos encontrar a unos Daft Punk de la primera época. Sobresaliente.

La segunda jornada, mucho más animada de público empezó para nosotros con Las Bistec, las representantes del movimiento bautizado por ellas mismas como electro disgusting. Este ha sido uno de los últimos conciertos que ofrecieron debido a un parón que van a realizar en su carrera musical. Siempre divertidas, espetaron en medio del concierto frases como “los mecheros del S.XXI son los móviles” o “ahora viene la canción folk, ya os podéis aburrir”. Ellas consiguieron caldear el ambiente para lo que vendría después.

Al igual que los Neubaten, Delorean aparecieron bajo unos paneles blancos para estrenar su próximo disco cantando en euskera por la voz sampleada de Mikel Laboa. La electrónica de sus ritmos y sintetizadores se mezcló con su inconfundible timbre, profundo y lleno de matices, y consiguieron que fuera un bonito aperitivo a la espera de la publicación de su álbum en estos días. Clara muestra de que la música tradicional puede llegar a maridar muy bien con los nuevos tiempos.

La adversidad nos hizo perdernos el concierto de Exquirla volviendo dentro del recinto para poder disfrutar de uno de los cabezas de cartel: Franz Ferdinand. Ni las ganas ni la expectación de ver a una banda que ya es clásica hicieron que nos animaran ante un show bastante aburrido y predecible. En la segunda canción se quitaron de encima ‘Do you want to’ y a partir de ahí la banda se volvió más seria en cuanto a música (han reducido considerablemente el tempo en sus canciones en directo) y actitud, aunque Alex Kapranos interactuó mucho con el público. Alternaron temas de su nuevo álbum con clásicos como ‘Take me out’ en formato descafeinado. Terminó siendo un directo correcto pero que no será recordado en la memoria colectiva en el futuro.

BIME 2017


Otro de los conciertos que generaron mucha intriga venía de la mano del espectáculo de The Prodigy en el que esperábamos al menos bailar sin parar. Basaron su repertorio en lo acelerado de los beats, en mucho volumen y en soltar frases con actitud punk al público. Con la voz casi apagada de Keith Flint (desde el comienzo tuvo problemas con ella) no consiguieron recordar por qué son otra de las bandas importantes dentro de la escena underground. La banda de Liam Howlett no me dejó un buen sabor de boca. ‘Breathe’, ‘Firestarter’ o ‘Take me to the hospital’ fueron algunas de las canciones que tocaron en el escenario del BIME, a un gran volumen pero carentes de ese "algo más" que nos tenían acostumbrados. Una anécdota en este concierto fue descubrir cómo si te posicionabas en la zona trasera del espectáculo podías ver a los chicos de Franz Ferdinand viendo a The Prodigy. Aunque los fans se acercaron para pedirles alguna foto, estos se negaron.

El último concierto de la noche lo protagonizó Vitalic ofreciendo el mejor concierto del día sin duda alguna. Ya durante la preparación de su show pudimos observar el despliegue de su espectáculo basado en formas cúbicas de leds que se iban superponiendo formando otras figuras. El show empezó con algún pequeño problema técnico que se solventó al momento.

Desde los hits de su último gran disco ‘Voyager’ a el ya clásico ‘My friend Dario’ pasando por remezclas con la voz de Miss Kittin con la que nos deleitó Pascal Arbez llegando a pensar en algunos momentos que ese show es lo más parecido que nos podemos encontrar a unos Daft Punk de la primera época. Sobresaliente.

Chuchiman
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