En esta segunda parte me gustaría abordar algunas cosas sobre Balaton Sound que me dejé en el tintero en la primera parte de la crónica que puedes leer aquí.

Una de las mayores cosas a tener en cuenta cuando te vas de festival es dónde vas a dormir. Y es que las opciones eran muy variadas. El propio festival pone a tu disposición habitaciones de hotel, cabañas prefabricadas con cama, tiendas de campaña ya montadas o simplemente camping para que te traigas tu propia tienda. Una gran variedad que, sumada al propio alquiler de apartamentos por la zona, no te deja falto de opciones. Eso sí, una advertencia, los alquileres por la zona suelen ser carísimos y olvidaos de encontrar algo por menos de 120€ la noche por persona.

Por nuestra parte decidimos la opción de alquilar, pero lejos, y tras ver varias opciones, alquilamos apartamento en Tihany, pero que al disponer de un coche alquilado, no nos supuso mucha molestia y ahorramos 100€ cada día y teníamos un ferry desde las 6:00 hasta las 21:30 cada 20 minutos para poder cruzar el lago.

El parking del festival era también un acierto, gratuito y amplio. Todos los días aparcamos fenomenal y sin ningún problema, llegando a cualquier hora.

Aunque no acampamos, sí que nos dimos una vuelta por el camping para conocer de primera mano cómo estaba montado.

Una vez más, chapó por la organización. El camping estaba a la suficiente distancia como para que los conciertos no molestaran y que a su vez no supusiera un gran desplazamiento entre el recinto de conciertos y la zona dormitorio. Limpio y con un montón de restaurantes y Food Trucks que daban servicio de comidas dentro de la propia zona de camping.

Balaton Sound 2018


Otro de los grandes atractivos del Balaton Sound es sin duda alguna el que da nombre al festival. Y es que el lago de 197km de costa es lo que faltaba para completar uno de los momentos más especiales del festival ya que bañarse en sus aguas con tus amigos para calmar el calor de la tarde es una experiencia que no te puedes perder.

La escenografía y ambientación, como se puede apreciar en cada una de las fotos y vídeos, es perfectamente equiparable a cualquier “Tomorrow”. De momento en España, salvo algunas excepciones, nos falta bastante por aprender en este sentido. Un decorado, animación y disposición completamente llamativos y fabricados para la ocasión, que te hacen sentir que cada euro de la entrada vale la pena en cuestión de experiencia visual también.

Sacando a la luz otro de los puntos brillantes del festival es la limpieza del recinto, la cual es bastante alucinante ya que según terminaba un concierto, y la gente cambiaba de escenario, aparecía un ejército de limpiadores recogiendo prácticamente toda la basura que quedaba por el suelo, dando un aspecto que en 10 minutos estaba todo listo para albergar cualquier otra actuación como si fuese la primera. De verdad, increíble.



Algo curioso que no sabes pero que descubres cuando visitas Hungría es el clima tan cambiante que tiene. En verano es común que las temperaturas sean bastante cálidas llegando en algunos momentos a ser infernales en días puntuales de Agosto, pero también es muy frecuente que de las 6 de la tarde a las 7 de la tarde cambie todo y comience a llover sin medida.

Y eso mismo ocurrió cuando las previsiones se tornaron en viento y lluvia anunciadas por las pantallas de los escenarios entre conciertos. Una lluvia que estropeó en cierta medida la noche del viernes cuando tras el set de Martin Garrix comenzó un chaparrón de varias horas que provocó unas cuantas cancelaciones de actuaciones en los escenarios que no estaban preparados para la lluvia. Por suerte se habían instalado plataformas metálicas y de PVC a modo de camino para desplazarse por todo el festival en las zonas donde únicamente existía tierra, ello permitió esquivar, en su gran mayoría, los inmensos charcos de barro que se formaron por todas partes y que debido a la gran cantidad de agua caída, todavía quedaban restos el día siguiente.

A pesar de todo, unos cuantos escenarios quedaban a altas horas de la noche sin importar cuanto agua cayese. Uno de ellos fue el escenario de Elrow, que habiendo diseñado una jungla, elaboró una escena espectacular transportando a todos los que allí estábamos a una verdadera tormenta tropical que inundaba una jungla de película azotada por la lluvia, el viento y donde la música suplantaba a los truenos.

Balaton Sound Festival


Para mí fue el momento más especial de todo el Balaton Sound, la gente estaba sumergida en el ambiente y no importaba que se estuviesen empapando, estaban allí mientras Toni Varga y Bastian Bux caldeaban el ambiente y jarreaba de esa manera. Solo la música, el resto daba igual.

Y es que eso fue lo que más me ha llamado la atención. El ambiente que la gente transmitía en el festival durante los 5 días me hace catalogar al Balaton Sound como uno de los mejores festivales a los que he asistido.

Guille
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